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CRISIS EN LA CADENA LACTEA / Jorge Cadús
AQUELLA SOLITARIA VACA

El complejo lácteo sufre –como toda la economía argentina- un proceso de concentración y saqueo: en la producción, el 8,8% de los tambos producen más de 6.000 litros por día, y representan el 32,4% de la producción de leche. A esto se suma la concentración en la etapa de industrialización, donde sólo 20 usinas lácteas procesan el 80% de la leche, y apenas 3 de ellas procesan el 40% de la leche total. En forma paralela, los números oficiales del sector revelan que durante el año 2018 cerraron 604 tambos.


Ángel Temporetti es productor lechero e integrante de Productores Lecheros Asociados del Sur de Santa Fe y Córdoba (PLASSACO). Días atrás, describió la crítica situación de la cadena láctea: tambos que cierran, vacas lecheras vendidas a frigoríficos, baja en la producción, y un abismo en la brecha de precios entre lo que productores y productoras reciben en origen y el precio final en góndola. El balance de los últimos tres años de gobierno de la Alianza Cambiemos no es el mejor para el sector: "la lechería no consiguió nada nuevo. Incluso este fenómeno del quite de retenciones al maíz, la soja y el trigo, constituyentes de las raciones que se dan en los tambos, encareció la alimentación de todo. Cerraron muchos establecimientos lecheros, como también porcinos y dedicados a la crianza de pollos", evaluó Temporetti.

Este estado de crisis de la lechería no es novedad: cuatro reuniones mantuvieron representantes del sector con Mauricio Macri desde su asunción como presidente. En la última, el 22 de diciembre del 2018, se presentó un informe del Observatorio de la Cadena Láctea (OCLA), revelando que en ese año cerraron 604 tambos: "Venimos de 200 a 300 tambos que se cerraron por año a estos números actuales que superan los 600 en el 2018", puntualizó Jorge Giraudo, coordinador del Observatorio. Aumento de costos, devaluación, integración vertical de la economía con profundización de la concentración, baja en el consumo -sumado a factores climáticos- aparecen como las causas contundentes a la hora de pensar la situación de crisis del sector.

Cuatro meses después de aquella reunión, el Informe de Coyuntura de la OCLA de marzo de este año remarca "en 2015, según datos oficiales, la producción argentina de leche fue de 12.060 millones de litros, en 2016 y 2017 se ubicó en 10.292 y 10.197 millones, mientras que el año pasado fue de 10.526 millones. En el primer bimestre de 2019 sumó 1488 millones de litros, una cifra 8,4% menor a la del mismo período de 2018". En forma paralela, el Informe describe que en enero de 2019 el precio promedio pagado a tamberos y tamberas–determinado por 318 industrias grandes, medianas y pequeñas- fue de $ 9,83 por litro de leche, mientras que el costo de producción por litro fue para ese mismo mes $ 9,60. Al mismo tiempo, el precio en góndolas para consumidores y consumidoras alcanzó un promedio de $50 el sachet.

"Hoy no deben quedar más de 9.000 tambos en el país. Lo más preocupante es que tenemos menos producción que hace 20 años. En el año 1999 tuvimos 10.000 millones de litros de leche, en el 2018 fueron apenas 9.000 millones de litros", puntualiza Temporetti. Y describe que "la mitad de las vacas se vendieron a feria, fueron a frigoríficos porque cuando el productor tiene la posibilidad de venderla a precio feria prefiere eso antes que otro la sigua ordeñando". En forma paralela, remarca "la mortandad de terneros que hemos tenido los tamberos, que en 30 años no se vio nunca. Estamos hablando de muerte de 15 o 20% de las terneras que nacen. Entonces no hay reposición".

El complejo lácteo sufre –como toda la economía argentina- un proceso de concentración y saqueo: en la producción, el 8,8% de los tambos producen más de 6.000 litros por día, y representan el 32,4% de la producción de leche. A esto se suma la concentración en la etapa de industrialización, donde la cantidad de establecimientos asciende a 912, pero también manifiestan heterogeneidad. Así es como 20 usinas lácteas de ese total procesan el 80% de la leche, 3 de ellas procesan el 40% de la leche total y las 2 principales empresas procesan un tercio de la leche cruda.
Las usinas, además, controlan precios de compra e imponen pautas tecnológicas a los tambos mediante pagos diferenciales por calidad y cantidad de leche procesada. Por ende, los principales conflictos residen en el limitado poder de negociación de los productores lácteos frente a los procesadores de leche, que en algunos casos tienen cadenas integradas como Sancor o La Serenísima.

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Jorge Cadús: Es periodista. Es redactor y editor del periódico El Prensa; y columnista de varias páginas web de noticias. Forma parte del grupo fundador del Proyecto de Comunicación Alapalabra, de Madres de Plaza 25 de Mayo de Rosario. Es autor de "Postales de un desierto verde" (Tropiya ediciones, 2004); "Un tiempo ayer ceniza. Historias de la dictadura en el sur de la provincia de Santa Fe" (EMR, 2006) junto a Facundo Toscanini; "Combatiendo al capital. 1973-1976. Rucci, sindicatos y Triple A en el sur santafesino" (EMR, 2009), en colaboración con Ariel Palacios; "La Transa. Crónicas del narcotráfico" (Grupo Editor Postales, 2015); "Los días que vivimos en peligro. La destrucción del trabajo en la región 2015/2018)" (La Chispa, 2018) y "Alcorta: La ciudad invisible" (Grupo Editor Postales, 2019). Obtuvo dos veces el Premio Ciudad de Rosario por estos trabajos. En TV fue director periodístico de "Audiencia Debida. Crónicas del sur"(2000/2002); "Estación Sur. En los rieles de la Patria" (2010/2011) y "Tercer Tiempo. El relato salvaje" (2013/2015); todos en la señal Cablevisión Alcorta / Sacks Paz Televisora. Por esos programas obtuvo los premios ATVC 2001 y ASTC 2003 como mejor programa periodístico; y el Premio Juana Manso 2011 por su abordaje de las problemáticas de género. Desde el año 2006 a la fecha ha dictado en numerosas escuelas de la zona charlas y talleres abiertos sobre el terrorismo de Estado en la región. En el 2011 fue distinguido con el Premio Regino Maders por su trayectoria periodística y su compromiso militante.