Crónicas

LA ESTAFA SAGRADA / Jorge Cadús
ALCORTA Y LA GUERRA DE MALVINAS

En abril de 1982, la localidad de Alcorta -como casi todos los municipios a lo largo y ancho del país- se sumó a la campaña solidaria del llamado "Fondo Patriótico Malvinas Argentinas", creado en plena Guerra de Malvinas por la Junta Militar. Los habitantes de Alcorta "en ayuda de nuestros soldados en el sur" recaudaron un total de $38.755.000 en efectivo, kilos de ropa (medias, guantes, camisetas, bufandas, pasamontañas, pulóveres, frazadas, etc) y de comida (chocolatines, galletitas, latas de carne envasada y picadillo, café, harina, cigarrillos, leche en polvo, azúcar, yerba mate, arroz, etc), entre otras tantas cosas. Todo "entregado en la ciudad de Santa Fe el 24 de mayo de 1982, en la Dirección de Relaciones Públicas y Ceremonial de la Gobernación". Nada de eso llegó a destino.


ALCORTA Y MALVINAS
Desde el 2 de abril de 1982 al 14 de junio de ese año, nuestro país se encontró sumergido en el llamado Conflicto bélico del Atlántico Sur. Una oscura y torpe guerra, surgida de la necesidad de la dictadura instalada en 1976 -en ese momento bajo el comando del general Leopoldo Fortunato Galtieri- de lograr consensos para mantenerse en el poder, ante un panorama económico desgastado, severas denuncias por la violación a los derechos humanos, y crecientes movilizaciones de protestas. Aquella guerra se extendió durante 74 días: 750 argentinos y 255 británicos dejaron su sangre en las islas. La publicidad oficial se multiplicó en todos los medios de difusión: "Argentinos: ¡a vencer! Cada uno en lo suyo defendiendo lo nuestro". La derrota puso al descubierto la estafa, y las voces de los ex soldados combatientes -sobrevivientes del horror- pusieron nombre y apellido a aquella farsa.

En estos arrabales, la ilusión patriotera también tomó cuerpo y forma.
En Alcorta, la dirección de la Escuela Nº 275 organiza el 24 de mayo una conferencia "en adhesión a la Recuperación de nuestras Malvinas". Allí, la profesora Ada Lattuca habla sobre la historia de las Islas, mientras que el escritor e historiador Plácido Grela diserta sobre "Interpretación de la situación actual en las Malvinas".
En forma paralela, los miembros de la Comisión Directiva de la Biblioteca Belisario Roldán deciden que "ante la actual situación por la que atraviesa el país en estos momentos, a consecuencia de la recuperación de las Islas Malvinas e Islas del Atlántico Sur, hecho que constituye el sentimiento popular en torno a nuestra soberanía, la Biblioteca no puede quedar al margen de esta coyuntura", ya que la institución, afirman en carta al doctor Artemio Melo, es una "entidad al servicio de la Defensa de nuestra Cultura Popular, nuestras Tradiciones, del Sentimiento del Pueblo Argentino, y de nuestra Nacionalidad ante el avasallamiento criminal de nuestra Soberanía Nacional por las fuerzas del Colonialismo Imperial Inglés..."

En el medio se gestó otra estafa: Las "24 Horas por Malvinas". Una transmisión de 24 horas de solidaridad con el llamado Fondo Patriótico Malvinas Argentinas; con la conducción de Pinky y Cacho Fontana, y con la colaboración de Liliana López Foresi, Susana Giménez y Andrea del Boca, entre tantos otros. Y la gente, donando desde medallitas de oro hasta chocolate. Todo brindado "para los chicos de Malvinas".

El Fondo Patriótico Malvinas Argentinas recibió donaciones desde todos los puntos del país. A principios de junio, la Comuna de Alcorta dió a conocer un detalle de lo recaudado para dicho Fondo, "en ayuda de nuestros soldados en el sur":
- Un total de $ 38.755.000 recaudados en efectivo, "depositado totalmente en la cuenta Nº 26000/10 del Banco Provincial de Santa Fe Suc. Alcorta".
- Ropa: 109 pares de medias, 7 pares de guantes, 35 camisetas, 99 bufandas, 19 calzoncillos, 62 pasamontañas, 3 paquetes de algodón, 30 pullóveres, 4 frazadas, 1 overall, 1 camisa, 1 saco de cuerina, casi 4 kilos de lana, 1 chaleco y 1 polera.
- Comestibles: 50 chocolatines, 179 atados de cigarrillos, 51 paquetes de galletitas, 161 tabletas de chocolate, 16 latas de carne envasada, 87 latas de picadillo, 11 paquetes y 2 kilos de caramelos, más de 4 kilos de café, 4 latas de atún, 14 kilos de chocolate, 2 bolsas de harina, 21 kilos de masitas, 25 cajas de te, 14 tarros de leche en polvo, 1 caja de aspirinas, 10 latas de albóndigas, 6 latas de durazno al natural, 1 lata de sardinas, 1 cajita de queso, 6 kilos de yerba mate, 3 kilos de arroz, 23 kilos de azúcar, 2 latas de tomates al natural, 1 lata de arvejas, 2 paquetes de cacao y 1 paquete de fideos.
- Varios: 48 rollos de papel higiénico, 14 jabones, 6 paquetes de velas, 1 crema dental, 4 hojas de afeitar, 2 potes de crema para la cara, 4 pancitos de manteca de cacao, varios elementos de enfermería, 14 cajitas de fósforos y 1 caja de papel para cartas, sobre y biromes. Todo "entregado en la ciudad de Santa Fe el 24 de mayo de 1982, en la Dirección de Relaciones Públicas y Ceremonial de la Gobernación".
- Además, se registra la donación de un lote de terreno "sobre calle Balcarce, catastro Nº 1527, manzana Nº 15 de 10 x 60; la Comisión de la venta del terreno antes mencionado, el flete del traslado de lo recaudado hasta la ciudad de Santa Fe; la publicidad para la realización de la campaña; la distribución de volantes para la campaña; el tejido de pasamontañas de lana..."

LA ESTAFA
Sin embargo, aquellas donaciones multiplicadas del pueblo nunca llegaron a los soldados argentinos. Rodolfo Caminos, ex combatiente de Malvinas, cuenta que durante los días que permaneció prisionero en las Islas le tocó trabajar, "limpiar todo el pueblo, que había quedado un desastre".
"Dos días en el pueblo, cuatro días al aeropuerto, donde ya estaba todo destruido. Desarmamos la pista de aluminio, las entradas a la pista, unas franjas anchas, y juntamos los tarros de 200 litros del combustible para los helicópteros, y hacíamos el techito con eso. No había otra cosa. Los galpones estaban todos destruidos", recuerda Caminos. Uno de esos días, relata, "fuimos a los galpones, que ocupaban los de Aviación. Y ahí nos encontramos con una cantidad increíble de mercaderías, de comida, galletitas, chocolate, leche condensada, leche en polvo, latitas de arvejas. Todo lo que vos te podés imaginar en un supermercado. Había dos galpones llenos, dos galpones de ésos en donde entran aviones, así que calculá. Y eso no fue repartido, no fue usado. Todo eso quedó ahí".
En el mismo sentido, el periodista e historiador Osvaldo Bayer describió: "La muerte uniformada. Y mientras tanto, el hambre. No llegaba la comida para los soldados argentinos. Los generales y sus civiles se habían olvidado de organizar los alimentos para la tropa. La tropa. Los soldaditos argentinos debían robar comida para poder sobrevivir. Los oficiales argentinos se quedaban con la carne, los suboficiales con las papas y para los soldados había, no siempre, un caldo".

VERDAD Y JUSTICIA
Como el Mundial de Fútbol en 1978, la Guerra de Malvinas fue un enorme negociado tanto para la Junta militar como para sus socios civiles. En el campo de batalla quedó, claro, las vidas de cientos de jóvenes sacrificados en nombre de una enorme estafa colectiva.

El 16 de septiembre de 1983, la Comisión de Análisis y Evaluación político militar de las responsabilidades del Conflicto del Atlántico Sur (Caercas) entregó las 291 páginas de un detallado informe, junto a decenas de anexos. En el Informe, elaborado por el general Benjamín Rattenbach, que presidió dicha Comisión, se califica a la guerra de Malvinas como una "aventura irresponsable", donde "cada arma funcionaba por su cuenta, carecían de preparación y la conducción estuvo plagada de errores". El llamado "Informe Rattenbach" pidió la pena de muerte para los tres miembros de la Junta Militar. La sentencia del Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas, lejos de considerar la invasión como una hazaña la señaló como un delito. El tribunal militar condenó a Leopoldo Fortunato Galtieri a 12 años de reclusión con accesoria de destitución, al almirante Jorge Isaac Anaya a 14 años de reclusión con accesoria de destitución, y al brigadier Basilio Arturo Lami Dozo a 8 años de reclusión.

Cuando en 1988 el Poder Judicial revisó la sentencia militar ratificó las condenas por los delitos cometidos "unificándolas en 12 años para los tres altos jefes y fundamentó que se trataba de una aventura militar". El fallo condenatorio dice: "Por perder una acción por impericia y negligencia".
El indulto dictado por Carlos Saúl Menem dejó libres a todos los responsables de la guerra del Atlántico Sur.
Parte de una historia demasiado dolorosa, teñida de sangre, pólvora y saliva.
Como certeramente señaló el poeta y periodista Juan Gelman, "sólo con verdad y justicia podrán cerrarse las heridas abiertas en el pasado".

**//**



Jorge Cadús: Es periodista. Es redactor y editor del periódico El Prensa; y columnista de varias páginas web de noticias. Forma parte del grupo fundador del Proyecto de Comunicación Alapalabra, de Madres de Plaza 25 de Mayo de Rosario. Es autor de "Postales de un desierto verde" (Tropiya ediciones, 2004); "Un tiempo ayer ceniza. Historias de la dictadura en el sur de la provincia de Santa Fe" (EMR, 2006) junto a Facundo Toscanini; "Combatiendo al capital. 1973-1976. Rucci, sindicatos y Triple A en el sur santafesino" (EMR, 2009), en colaboración con Ariel Palacios; "La Transa. Crónicas del narcotráfico" (Grupo Editor Postales, 2015); "Los días que vivimos en peligro. La destrucción del trabajo en la región 2015/2018)" (La Chispa, 2018) y "Alcorta: La ciudad invisible" (Grupo Editor Postales, 2019). Obtuvo dos veces el Premio Ciudad de Rosario por estos trabajos. En TV fue director periodístico de "Audiencia Debida. Crónicas del sur"(2000/2002); "Estación Sur. En los rieles de la Patria" (2010/2011) y "Tercer Tiempo. El relato salvaje" (2013/2015); todos en la señal Cablevisión Alcorta / Sacks Paz Televisora. Por esos programas obtuvo los premios ATVC 2001 y ASTC 2003 como mejor programa periodístico; y el Premio Juana Manso 2011 por su abordaje de las problemáticas de género. Desde el año 2006 a la fecha ha dictado en numerosas escuelas de la zona charlas y talleres abiertos sobre el terrorismo de Estado en la región. En el 2011 fue distinguido con el Premio Regino Maders por su trayectoria periodística y su compromiso militante.