Crónicas

LA DESTRUCCIÓN DEL TRABAJO / Jorge Cadús
UNA MISERIA PLANIFICADA

De acuerdo a la información oficial de la AFIP, en el período de cuatro años que van de diciembre de 2015 a diciembre de 2019 cerraron en todo el país 24.537 fuentes laborales. En promedio, durante los 48 meses de gobierno de la Alianza Cambiemos, cerraron en todo el país 17 empresas por día. A su vez, el Ministerio de Trabajo de la Nación dio a conocer el último informe del SIPA, que registra que en los cuatro años que van de diciembre de 2015 a diciembre de 2019 se destruyeron 234.000 puestos de trabajo registrados en el sector privado. En promedio, cada hora, seis obreros y obreras perdieron su espacio de referencia, sus lazos, la trama que los y las sostenía en el mundo y en el devenir cotidiano.


En el período de cuatro años que van de diciembre de 2015 a diciembre de 2019 cerraron 24.537 fuentes laborales. La cifra surge de la propia Administración Federal de Ingresos Públicos (Afip), y dejan al descubierto el proceso sistemático de destrucción laboral del gobierno de la Alianza Cambiemos: son los emprendimientos que contaban con empleados en relación de dependencia, y que dejaron de aportar al sistema de seguridad social porque dejaron de tener asalariados.
Representan 511 empresas por mes, que despidieron a sus trabajadores y cerraron; o bien, continúan en funciones sin personal dependiente. En promedio, durante los 48 meses de gobierno de la Alianza Cambiemos, cerraron en todo el país 17 empresas por día.
La diferencia es sustancial: a diciembre de 2019 el total de empleadores alcanzó a 544.200. Con relación a diciembre de 2015, cuando se registraron 568.737 empresas, la contracción asciende al 4,3%. Son 24.537 empleadores menos en cuatro años. El 91% de esos establecimientos golpeados por las políticas económicas de la Alianza Cambiemos eran firmas con hasta 10 trabajadores empleados.

En el rubro de empleadores del sector productor de bienes, la disminución asciende al 6,2% en los últimos cuatro años. En el sector servicios, la caída asciende al 3,6%.
En la provincia de Santa Fe, la destrucción del trabajo fue también sistemática: una disminución de 2.700 empleadores en los últimos cuatro años. Son 56 fuentes laborales desaparecidas por mes.
Es decir que, en nuestra provincia, durante el gobierno de Mauricio Macri, dos empresas por día –en promedio- despidieron a sus trabajadores para cerrar sus puertas.

A su vez, el Ministerio de Trabajo de la Nación dio a conocer el último informe del Sistema Integrado Previsional Argentino (Sipa), que registra que en los cuatro años que van de diciembre de 2015 a diciembre de 2019 se destruyeron 234.000 puestos de trabajo registrados en el sector privado. Con esos indicadores, "se confirma que los últimos cuatro años fueron años perdidos para el empleo asalariado registrado; especialmente los últimos dos, cuando el empleo se redujo de manera continua alcanzando una retracción de casi 5% y ubicándose en un nivel similar al del 2010", remarca el informe de la cartera laboral, y advierte: "sólo la expansión del monotributo y del empleo público logró compensar este proceso de destrucción del empleo asalariado".
De acuerdo a la información oficial del Ministerio de Trabajo, en los cuatro años de gestión de la Alianza Cambiemos, nuestro país perdió –en promedio- 4.875 puestos laborales por mes.
Son 162 trabajadores y trabajadoras que, por día, cayeron en el vacío de la desocupación, y la angustia a la hora de enfrentar el día a día.
En promedio, cada hora, seis obreros y obreras perdieron su espacio de referencia, sus lazos, la trama que los y las sostenía en el mundo y en el devenir cotidiano.

En el verano marcado por pólvora y sangre de 1977, Rodolfo Jorge Walsh describió con precisión las políticas económicas de la dictadura militar que entonces gobernaba el país: "Dictada por el Fondo Monetario Internacional según una receta que se aplica indistintamente al Zaire o a Chile, a Uruguay o Indonesia, la política económica de esa Junta sólo reconoce como beneficiarios a la vieja oligarquía ganadera, la nueva oligarquía especuladora y un grupo selecto de monopolios internacionales…"
Y denunció: "Los resultados de esa política han sido fulminantes".
Rodolfo Walsh reflejaba las transformaciones de un país sometido en aquellos años de dictadura militar, más de cuarenta años atrás. Su letra apretada y lúcida se hace necesaria hoy, cuando el pasado que se abre en este presente puso, otra vez, de rodillas a un país: "en la política económica de ese gobierno debe buscarse no sólo la explicación de sus crímenes sino una atrocidad mayor que castiga a millones de seres humanos con la miseria planificada".



Jorge Cadús: Es periodista. Es redactor y editor del periódico El Prensa; y columnista de varias páginas web de noticias. Forma parte del grupo fundador del Proyecto de Comunicación Alapalabra, de Madres de Plaza 25 de Mayo de Rosario. Es autor de "Postales de un desierto verde" (Tropiya ediciones, 2004); "Un tiempo ayer ceniza. Historias de la dictadura en el sur de la provincia de Santa Fe" (EMR, 2006) junto a Facundo Toscanini; "Combatiendo al capital. 1973-1976. Rucci, sindicatos y Triple A en el sur santafesino" (EMR, 2009), en colaboración con Ariel Palacios; "La Transa. Crónicas del narcotráfico" (Grupo Editor Postales, 2015); "Los días que vivimos en peligro. La destrucción del trabajo en la región 2015/2018)" (La Chispa, 2018) y "Alcorta: La ciudad invisible" (Grupo Editor Postales, 2019). Obtuvo dos veces el Premio Ciudad de Rosario por estos trabajos. En TV fue director periodístico de "Audiencia Debida. Crónicas del sur"(2000/2002); "Estación Sur. En los rieles de la Patria" (2010/2011) y "Tercer Tiempo. El relato salvaje" (2013/2015); todos en la señal Cablevisión Alcorta / Sacks Paz Televisora. Por esos programas obtuvo los premios ATVC 2001 y ASTC 2003 como mejor programa periodístico; y el Premio Juana Manso 2011 por su abordaje de las problemáticas de género. Desde el año 2006 a la fecha ha dictado en numerosas escuelas de la zona charlas y talleres abiertos sobre el terrorismo de Estado en la región. En el 2011 fue distinguido con el Premio Regino Maders por su trayectoria periodística y su compromiso militante.