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LA VIOLENCIA MACHISTA QUE NO CESA / Bloque de Prensa
UN FEMICIDIO CADA 27 HORAS

La violencia machista es un espiral que, en su punto más dramático, termina en la muerte, también en estos arrabales. Entre el 1 y el 31 de enero de este 2021 se registró un femicidio cada 27 horas. La cifra representa 38 muertes violentas de mujeres, travestis y trans en todo el país en el primer mes de del año, a lo que suman 36 intentos de femicidios. Entre la realidad que castiga los cuerpos de las mujeres, y el desinterés o la ineficacia del Estado, distintas organizaciones alzan su voz para reclamar una vez más: "ni una menos. Vivas y libres nos queremos".


LAS FORMAS EXTREMAS
El Observatorio MuMaLá Mujeres, Disidencias, Derechos dio a conocer un nuevo informe del “Registro Nacional de Femicidios”, que releva “las formas más extremas de violencia de género ocurridas en el mes de enero de 2021 en todo el territorio argentino”. El trabajo surge del análisis y monitoreo de medios digitales y gráficos de todo el país, buscadores, sistema de alertas, seguimiento de organizaciones, portales especializados en género, feminismo, DDHH, y policiales/forense.

De acuerdo a los datos del informe, entre el 1º y el 31 de enero del 2021 se registró un femicidio cada 27 horas. Se perpetraron 38 muertes violentas de mujeres, travestis y trans, de las cuales 26 son femicidios, femicidios vinculados y trans- travesticidios; 5 muertes violentas asociadas al género, el 90% de ellas vinculadas a economías delictivas o colaterales (narcotráfico, venganzas, deudas, etcétera); mientras que 7 muertes violentas de mujeres están en proceso de investigación. El trabajo remarca también que hubo, además, 36 intentos de femicidios en todo el país.
En relación con el vínculo de la víctima con el femicida, en el 59% fue cometido por la pareja o ex pareja; en el 29% los femicidas fueron hombres del círculo íntimo de la víctima, y el 8% hombres familiares directos.

El hogar sigue siendo el ámbito más peligroso: el 63% de los femicidios se cometieron en la vivienda de la víctima o en la vivienda compartida; mientras el 17% tuvo lugar en la vía pública y el 8% en el trabajo de la víctima. El 25 % de las víctimas había denunciado a su agresor, en tanto que el 17% tenía orden de restricción de contacto o perimetral.
En el 23% de los casos el femicida asesinó a una tercera persona, ya sea porque quedó en el medio
del hecho violento (femicidio vinculado por interposición) o para ocasionarle un daño irreparable y
culpa a estas mujeres (femicidio vinculado), sostiene el Informe del Observatorio; y consigna que un total de 27 niños, niñas y adolescentes se quedaron sin madre.

Desde MuMaLá “seguimos exigiendo al Estado Nacional que declare la #EmergenciaNiUnaMenos, priorizando recursos para la atención integral de mujeres e integrantes del colectivo LGTBIQ+”, sintrtiza el trabajo; que reclama: “la implementación urgente, sin burocracias ni clientelismo, de todas las medidas económicas anunciadas por el gobierno para víctimas de violencia de género y el colectivo travesti trans (Programa Potenciar Trabajo, Programa Acompañar) y la implementación de la Ley de Educación Sexual Integral y la aplicación efectiva de la Ley Micaela de capacitación obligatoria en género y violencia de género en todos los ámbitos del Estado, desde una perspectiva feminista, diverse – disidente”.

LAS VIOLENCIAS CERCANAS
En relación a las violencias cotidianas de género que se viven en estos arrabales, la referente de Ni Una Menos Alcorta y coordinadora de la Casa de Amparo Juana Azurduy, Soledad Cerqueira, señala que "cuando surgen hechos cercanos muchos dicen: ¡qué barbaridad, esto en nuestro pueblo!¡Qué le habrá pasado! Y en realidad, se borra el contexto. Entonces hay que decir: son hijos del patriarcado. Esto es, esto sucede y lo vemos todos los días. Estas violencias se dan todos los días. Hay otra pandemia que aparece, y creció con esta emergencia, porque las situaciones de violencia contra las mujeres se dan dentro del hogar. Hay casos que se hacen públicos. Pero todos los días recibimos llamadas, todos los días acompañamos mujeres, porque hay muchas luchas que se están dando, y hay muchas necesidades de respuestas de todos los niveles del Estado. Son las mismas demandas del 2015", advierte Cerqueira.

La militante social y política Rocío Villarreal, por su parte, plantea la necesidad de "resignificar nuestra historia, porque entendemos que este mecanismo histórico convierte a la muerte en rectora de la realidad, y al patriarcado en cultura natural. Son comportamientos que establecen 'costumbres' de injusticia, de inmunidad hacia el dolor, de impunidad tóxica, de invisibilidad violenta. Y determinan que la enseñanza patriarcal, el adoctrinamiento machista, y el lavaje de cerebros dedicados a moldear estereotipos y mandatos que las mujeres debían cumplir, caló tan fuerte en las mentes de niños y niñas, que hoy nos encontramos con mujeres funcionales al machismo. Y también con hombres que cuando les preguntás: '¿cómo es la mujer ideal?', te responden describiendo un electrodoméstico del hogar que solo produce el legado generacional, les hijes".

Cerqueira marca también que "muchas veces, la violencia contra la mujer se vuelve un espectáculo, con la responsabilidad de los medios en cómo se produce la noticia, y se cae en la revictimización de la mujer, en hacer de un caso 'el único caso'. Sin quitar la importancia que tiene cada hecho, hay que pensarlo en el contexto que permite que el hecho se produzca, y transformar eso en una demanda más amplia. Visibilizar que lo que lleva a que una mujer sufra esta violencia tiene que ver con un montón de cuestiones que no es sólo un varón. Sin quitar responsabilidad a ese varón".
"Todo el tiempo estamos construyendo en esta desregla que es el feminismo, y vamos juntando experiencias diferentes, sobre todo después de la marca que nos deja el Ni Una Menos. Cada situación, cada salida a la calle, cada registro en el cuerpo de una de cada tres mujeres que sufre violencia, nos va acercando más", puntualiza la referente de Ni Una Menos Alcorta.

UNA DEUDA ABIERTA
El miércoles 3 de junio de 2015, en el marco de la convocatoria nacional Ni Una Menos, más de 400 personas hicieron de Alcorta un centro regional para decir no a la violencia contra las mujeres. El lugar de encuentro fue la medialuna que bordea la Plazoleta del Centenario, a pocos metros de la vieja estación de trenes, y aquella concentración fue la coronación de una serie de reuniones organizadas por la Agrupación Vecino AC y desarrolladas en la Biblioteca Popular, a las que concurrieron referentes de distintas entidades preocupados por la temática.
El documento surgido de los primeros encuentros y leído en la concentración planteó que Ni Una Menos "es al mismo tiempo una consigna que nos moviliza y nos compromete; y una demanda al Estado, en todas sus representaciones. Existe el asesinato de mujeres porque existe violencia machista. Y en este campo, hay una ausencia marcada de políticas públicas".
"La soledad de una mujer golpeada se reproduce en el desinterés, la ineficiencia y el olvido de los Estados comunales, provincial y nacional", sintetizaba aquel documento fundacional, que determinó el nacimiento de un grupo de trabajo que aborde el problema de la violencia contra las mujeres en la región, Ni Una Menos Alcorta. Más de cinco años después de aquel grito de la sociedad argentina exigiendo al Estado respuestas ante los femicidios, que estalló a partir del asesinato de Chiara Paez, con avances significativos y retrocesos, la demanda sigue abierta: "Ni Una Menos. Vivas y libres nos queremos".

Si estás atravesando una situación de violencia por motivos de género o conocés a alguien que necesite ayuda, comunicate de manera gratuita al 144 que está disponible las 24 horas. En Alcorta: Guardia Violencia de Género: 3465 537126.

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IMAGEN: Romina Debiase.