Crónicas

EMPRESA CENTRAL ALCORTA: QUEJAS Y DEMANDAS / Jorge Cadús
AL LADO DEL CAMINO

La situación de la Empresa Central Alcorta sigue ocupando el centro de la preocupación en las comunidades que dependen de ese medio de transporte público de pasajeros. Al mismo tiempo que se multiplican las quejas y demandas por la mala prestación del servicio, surgen propuestas que intentan asegurar la continuidad de la firma restituyendo derechos de usuarios. Una crónica que viaja, sin boleto, por rutas polvorientas.


CHOQUES
Las crónicas publicadas por los medios regionales el 18 de agosto coincidían en el momento de describir la colisión registrada el día anterior en la Ruta 90, entre las localidades de Melincué y Carreras, a escasos 7 kilómetros de ésta última.
"Un ómnibus de la Empresa Central Alcorta (ECA) embistió por detrás a un camión volcador cargado con marlo molido, conducido por Lucas López, hombre oriundo de Venado Tuerto. El camión -sostienen esas publicaciones- estaba detenido debido a que en ese lugar se encontraban señalizando los banderilleros de la concesionaria de la Ruta".
El resumen es tan contundente como las imágenes: "el conductor del camión sufrió un golpe en el hombro, y fue dado de alta en pocas horas; mientras que los dos pasajeros que viajaban en el ómnibus resultaron ilesos. Al mismo tiempo, el chofer de la unidad, Román Cascato, fue trasladado a la ciudad de Venado Tuerto con heridas de consideración".
Hasta allí la crónica puntual de un accidente de tránsito que puede tener tantas lecturas como enfoques. Poco menos de un mes después, y como consecuencia de aquel accidente, Román perdió la vida.
Una ruta en antológico mal estado; trabajos de reparación que se estiran por décadas; unidades de transporte deterioradas y condiciones laborales precarizadas dan una sumatoria demasiado compleja a la hora del relato.
Pero es necesario adentrarse en esas historias, porque conforman parte de la trama de un derecho ninguneado por los empresarios, silenciado por los funcionarios de turno y olvidado por los usuarios: el derecho a un servicio de transporte público seguro, cómodo y eficiente.

PROPIETARIOS
Una carta abierta firmada por Camila Di Lucía y dirigida al gerente de la ECA, publicada en este medio en febrero del 2013, sumado a diferentes reclamos ya recogidos con antelación, fueron trazando un mapa de las demandas de los usuarios sobre el servicio de transporte público que brinda esa empresa: sobrecarga de pasajeros en los ómnibus; pasajeros varados sin prestaciones adicionales (refuerzos); recorte de horarios y servicios; e incumplimiento de horarios (usualmente retraso en los recorridos).
En ese marco, Prensa Regional solicitó una entrevista con Carlos Álvarez, gerente general de la firma; o en su defecto con Lucas Fernández, titular de la misma desde julio del 2011. Incluso envió, mediante carta, el cuestionario a considerar. En un breve diálogo telefónico, Álvarez informó a este cronista que "la empresa se va a abstener de hacer declaraciones", debido "al complejo panorama que atraviesa todo el servicio de transporte público provincial y nacional".
La histórica empresa es propiedad -de acuerdo a lo publicado en el Boletín Oficial de la Provincia de Santa Fe- de los empresarios Lucas Ricardo Fernández (domiciliado en Santa Fe) y José María Ribero (con domicilio en Colón, provincia de Entre Ríos), y administrada por Fernández en carácter de único Socio Gerente. Además de ECA, el empresario gerencia entre otras las firmas El Norte SA, El Norte Bis SRL y San Cristóbal SRL, y es tesorero de la Asociación de Transporte Automotor de Pasajeros (ATAP). Lo que se dice: un hombre de negocios.
¿Cómo definiría institucionalmente la prestación del servicio público de transporte de pasajeros que brinda actualmente la ECA? ¿Qué tiene la empresa que decir ante los reclamos? ¿Qué proyecto de gestión llevan adelante? Ésas fueron algunas de las preguntas presentadas al gerente de una firma que, surgida a fines de la década del '40, contó con capitales locales desde 1951 y hasta dos años atrás, y sigue -sin embargo- considerándose local. Será porque en gran medida, se sostiene sobre las espaldas del conjunto de trabajadores que día a día ponen el cuerpo a un servicio fundamental como es el transporte público de pasajeros.

VARADOS
A fines de agosto, Norma Baiocco -vecina de Máximo Paz- denunció que ECA dejó a su hija "varada, por la noche, en Pellegrini y Lagos, en Rosario. Ella había sacado el pasaje en ventanilla en la Terminal, con número de asiento, y cuando quiso tomar el colectivo en esa esquina el chofer le comunicó que no podía levantar más personas porque no había más asientos libres y no podían viajar personas paradas. Mi hija me llama, me cuenta, le digo tranquilízate. Tenía dinero para volver a su departamento, volvió, y la fui a buscar".
La mujer relató luego su periplo por las oficinas de la empresa, en Alcorta, y su entrevista con el gerente de la firma, Carlos Álvarez: "Me dirijo el sábado a la mañana a ECA, pregunto si teniendo pasaje en mano la empresa puede levantar un pasajero en cualquiera de las paradas que ella tiene, la secretaria me dice que sí. Pido hablar con el responsable de la empresa. Me dicen que es Carlos Álvarez, pero que ese día no estaba, que llame el lunes. Llamé el lunes, no estaba porque había viajado. Llamé el martes, me dicen que no me puede atender. Finalmente pude entrevistarme con este señor después de tres días de perseguirlo. Primero le pregunté qué tenía que ver él con la Empresa, y me dijo que es Gerente general. Que la Empresa dependen de Flecha Bus, y él es el encargado de la parte de Central Alcorta. Cuando le expliqué la situación, me preguntó si mi hija dejó dicho en ventanilla el lugar dónde iba a tomar el coche. Algo inaudito".
"Álvarez me dice que no permiten viajar gente parada en el coche, a raíz de un accidente que tuvieron. Le expliqué otros casos, la gente que queda a la deriva sin poder subir porque no hay asientos, siete, ocho, diez personas. El señor me quiso dar un resarcimiento, 'te doy 10 boletos gratis, te devuelvo el dinero'. Pero le dije que no quiero nada, lo que quiero es que esto no vuelva a suceder, ni a mi hija ni a nadie. Pero para él los coches funcionan correctamente, tiene la calefacción, el aire acondicionado, no se llueve adentro de los coches, es una empresa de confort", describió Baiocco, quien advirtió también que "esto llegó a un punto límite; y le voy a dar el curso legal correspondiente. Vamos a presentar una denuncia ante la Secretaría de Transporte".

RECLAMOS FORMALES
Ante la ola de reclamos, el presidente comunal de Máximo Paz, Iván Camats, presentó ante el titular de la Subsecretaría de Transporte, Gustavo Santos Peirano, una solicitud de inspección a ECA, "a los fines de que verifique el servicio que la misma presta".
El pedido, explica Camats, se basa en los reclamos "de los vecinos de la localidad con referencia a los siguientes aspectos: Pasajeros que viajan parados; incumplimiento de los horarios, con pocas frecuencias y cada vez más amplias; unidades automotoras en no muy buen estado y que no están en condiciones adecuadas para su uso; gran cantidad de pasajeros varados los feriados, domingos, lunes y viernes, días que viajan cantidad de estudiantes".
"A modo de ilustración informo que son numerosas las veces que el ómnibus, una hora antes de la salida de la terminal ya tiene todos los boletos vendidos, y deja a la gente sin poder viajar, incluso a la noche, ocasionándole numerosos inconvenientes ya que muchos ni siquiera tienen lugar para pasar la noche. También sucede lo mismo a la mañana pues dejan a la gente esperando y no pueden llegar a sus trabajos, universidades o a los médicos", apunta el escrito; que termina solicitando "la intervención de la Subsecretaría o quien corresponda, a los fines que constate los reclamos de los vecinos y tomen las medidas necesarias para que la Empresa preste el Servicio que la gente se merece".
Al mismo tiempo, el senador provincial Germán Giacomino, reveló a este periódico que hay en curso dos presentaciones: "por un lado presentamos una nota dirigida a Santos Peirano, Subsecretario de Transporte, para que intervenga. Y por otro lado, presentamos en la Cámara de Senadores un proyecto de comunicación donde le pedimos al Poder Ejecutivo provincial que tome cartas en el asunto, con respecto a todo: recorrido; prestación de servicios; hora de hombre arriba de un colectivo; cantidad de pasajeros que se transportan; boletos que se venden, porque está pasando que se venden tres boletos para el mismo asiento, y termina mucha gente quedando en la calle; además que no se respetan los horarios, y hay unidades que están muy deterioradas. Así que está el pedido para que la Empresa comience a prestar el servicio como corresponde, y adecuado a las necesidades que tienen los usuarios".
En forma paralela a los reclamos de los usuarios, la situación de los empleados de la Central Alcorta no es menos preocupante. Sin inversiones de peso, con una comunicación ausente entre los propietarios de la firma y las comunidades que le dan sustento, y con el desinterés cada vez más palpable de esos titulares por mejorar el servicio, la empresa termina apoyando su subsistencia íntegramente en sus trabajadores; que por otra parte han sido sometidos a un régimen de ajuste y control impensado años atrás. A las jornadas extensas de labor y la presión y el monitoreo constante se suma el stress producido por las discusiones con los usuarios, donde terminan siendo los choferes quienes hacen frente a las falencias de los empresarios.
La pérdida de la joven vida de Romás Cascato es todo un ejemplo en un camino que los titulares ya recorrieron en otras compañías de las que se han hecho cargo.

CUESTIONES CON LA LEY
El servicio público de transporte colectivo de pasajeros se rige en la Provincia de Santa Fe por la Ley 2499, promulgada en octubre de 1935, y modificada en no pocas ocasiones. Allí se establece que a esta norma "deben someterse los empresarios de servicios de transporte colectivo de pasajeros por los caminos de la Provincia, en vehículos automotores de la categoría de ómnibus, micro-ómnibus, automóvil-colectivo y de toda otra que se creare".
La Ley fija los requisitos para la concesión del servicio -que incluye un plan financiero y técnico a desarrollar por las empresas intervinientes- y las condiciones a tener en cuenta para la prestación del mismo. Sin embargo, un recorrido por sus artículos pone de manifiesto el olvido en el que ha caído el transporte de pasajeros como derecho público.
"Los empresarios no podrán aumentar, disminuir ni modificar los recorridos y horarios aprobados por el Poder Ejecutivo", dice la Ley, y puntualiza que esos horarios serán establecidos "consultando las necesidades del servicios atendiendo los pedidos de los pobladores". Al mismo tiempo exige que se cumplan "estrictamente los horarios aprobados", con alguna tolerancia: "un minuto de retardo por cada diez kilómetros de recorrido". Si la demora involucra un retardo mayor de una hora, "las empresas estarán obligadas a facilitar a los pasajeros los medios y pasajes para llegar a destino utilizando cualquier otro servicio público de pasajeros", advierte la Ley.
Al mismo tiempo, declara que "todo boleto dará derecho a un asiento, no permitiéndose transportar más pasajeros que el correspondiente al número de asientos". Pero también reglamenta claramente la garantía de la prestación: "en los casos en que por cualquier evento se produjera una concurrencia mayor a la capacidad del coche los concesionarios podrán hacer salir más de un vehículo, pero siempre dentro del horario acordado".
"Los vehículos que se utilicen en la concesión deberán reunir todos los adelantos técnicos", describe casi jocosamente la Ley. Y detalla: "estarán construidos de manera que eviten ruidos molestos y emanaciones nocivas y tendrán dispositivos que permitan la aereación permanente aún con las ventanas y puertas cerradas".
La disposición garantiza también el monopolio de la prestación para las empresas concesionarias, garantizando un negocio sin competencias: "Ninguna concesión podrá, en su recorrido total superponerse a otra u otras", a condición -queda claro- que "los concesionarios preexistentes cubran con sus vehículos y horarios las exigencias del mayor servicio admisible".
Al mismo tiempo, otorga a Municipalidades y Comisiones de Fomento la posibilidad de "exigir a los empresarios el cumplimiento de las disposiciones vigentes dentro de sus respectivas jurisdicciones".

PARA RESTITUIR DERECHOS
A partir de un grupo de vecinos de Alcorta, y surgida desde la ausencia de instancias adonde recurrir ante derechos vulnerados en la vida cotidiana, una nueva Asociación Civil comenzó a tomar forma bajo el nombre de Vecino.
La flamante organización comenzó con una campaña de recolección de firmas para solicitar la intervención de los organismos oficiales ante el reiterado mal servicio de transporte público brindado por ECA; y denunciando el abuso del Juzgado de Faltas de la Comuna de Soldini, con respecto al radar ubicado en esa localidad.
En carta a la Subsecretaría Provincial de Transporte, y a su titular, Gustavo Santos Peirano, la Asociación Civil Vecino denuncia a la Empresa de transporte "ante la mala prestación del servicio. A los continuos reclamos sobre ventanillas trabadas, mal estado de los vehículos, incumplimiento de horarios, mal funcionamiento de aire acondicionado/calefacción, etcétera se suma ahora la grave situación de dejar varados a los usuarios. Con la excusa que no se trasladan más personas que la cantidad de asientos disponibles -cuestión si bien encuadrada en el marco legal, requiere otro tipo de solución- dicha empresa optó por retirar las unidades de refuerzos, dejando a gran cantidad de personas sin poder viajar, y dejándolos en la mayoría de los casos abandonados a su suerte", describe con precisión el escrito, que se puede acompañar con la firma en planillas dispuestas en la Biblioteca Popular y en el Centro de Comercio de Alcorta.
Al mismo tiempo, la Asociación Civil Vecino (EF) está programando un encuentro musical al aire libre con bandas invitadas, para hacer público el reclamo, y "para restituir el derecho a un servicio público de transporte seguro, eficiente y cómodo entre las prioridades a la hora de discutir una comunidad mejor".

**//**

Imagen: Ariel Palacios



Jorge Cadús: Es periodista. Es redactor y editor del periódico El Prensa; y columnista de varias páginas web de noticias. Forma parte del grupo fundador del Proyecto de Comunicación Alapalabra, de Madres de Plaza 25 de Mayo de Rosario. Es autor de "Postales de un desierto verde" (Tropiya ediciones, 2004); "Un tiempo ayer ceniza. Historias de la dictadura en el sur de la provincia de Santa Fe" (EMR, 2006) junto a Facundo Toscanini; "Combatiendo al capital. 1973-1976. Rucci, sindicatos y Triple A en el sur santafesino" (EMR, 2009), en colaboración con Ariel Palacios; "La Transa. Crónicas del narcotráfico" (Grupo Editor Postales, 2015); "Los días que vivimos en peligro. La destrucción del trabajo en la región 2015/2018)" (La Chispa, 2018) y "Alcorta: La ciudad invisible" (Grupo Editor Postales, 2019). Obtuvo dos veces el Premio Ciudad de Rosario por estos trabajos. En TV fue director periodístico de "Audiencia Debida. Crónicas del sur"(2000/2002); "Estación Sur. En los rieles de la Patria" (2010/2011) y "Tercer Tiempo. El relato salvaje" (2013/2015); todos en la señal Cablevisión Alcorta / Sacks Paz Televisora. Por esos programas obtuvo los premios ATVC 2001 y ASTC 2003 como mejor programa periodístico; y el Premio Juana Manso 2011 por su abordaje de las problemáticas de género. Desde el año 2006 a la fecha ha dictado en numerosas escuelas de la zona charlas y talleres abiertos sobre el terrorismo de Estado en la región. En el 2011 fue distinguido con el Premio Regino Maders por su trayectoria periodística y su compromiso militante.